Puesto que el risotto express -al que ciertamente me había comprometido- no llegó a ver la luz, he tenido que soportar que se me tachara de gandul, caradura, vago, sinverguenza, cara palo y otras lindezas semejantes.
En conexión con ésto, los ínclitos Karamazov acompañados -como no- por un secuaz de Cuarte, han criticado mis maneras a la hora de dirigir la ejecución de la cena: "Jodo, éste es como el Chicote" plañían.
Bien. Sólo puedo decir una cosa:
¡TENÉIS RAZÓN PENDEJOS AH AH AH!